miércoles, 11 de mayo de 2011

viernes, 6 de mayo de 2011

AMY

            Hace frío. Cuando salí de casa parecía hacer buen tiempo. Ahora, solo unos tenues rayos de Sol consiguen filtrarse entre las oscuras nubes de tormenta que cubren el cielo, otorgándole al ambiente un aspecto un tanto tétrico, pero a la vez hermoso. Las olas se oyen chocar y estallar en espuma contra las rocas y los muelles del puerto y en el aire flota el fuerte olor a salitre, el olor de pescado de los barcos que descargan la captura del día, incluso un ligero olor a alquitrán. Siempre me gustó este “coctel” de aromas. El “olor a mar”. Quizá esa fuera una de las razones por las que muchas veces venia por aquí a pasear. Pero esta vez no. Hoy, el motivo de mi visita a los muelles de este pequeño pueblo pesquero es distinto.  Hoy hace ya 8 años. Entonces no éramos más que unos crios. Con 10 años, cualquiera hace promesas como cualquier otra cosa. Un reencuentro de “este mismo día cuando seamos mayores y en nuestro sitio preferido” no es una promesa muy consistente. A pesar de eso, hoy he venido aquí, confiando en los buenos momentos corriendo por estos muelles. Amy… Fue aquí donde la conocí. Volvía a casa corriendo, tropecé y me torcí el tobillo. Ella se acerco y me acompañó hasta casa. A partir de la semana siguiente, volvía al mismo sitio donde la había conocido. Allí estaba siempre. Esperándome sentada, sonriendo. Hasta que un día no volvió. Cuando volví a casa, había una carta en la puerta. Una carta de Amy. Una carta… de despedida.
              El reloj del astillero del puerto marca la 8 de la tarde. Los tenues rayos de sol que se conseguían ver hace un rato han desaparecido. Ahora, las oscuras y densas nubes cubren el cielo por completo, amenazantes de tormenta. Una carta en mi mano: “Para Gaby. Lo siento mucho”. La he conservado como mi bien mas preciado durante todos estos años. Las 9. Un escalofrío. De repente, siento un ligero tacto en mi brazo. Una gota de lluvia. Otra. Y otra. Ya ha empezado a llover. Una profunda sensación de tristeza y decepción invaden mi cuerpo. No va ha venir. Llueve con mucha fuerza y las olas estallan contra las rocas y los muelles del puerto con un sonido ensordecedor. Tengo frío. No me importa. Ha anochecido por completo. Los muelles, ahora vacíos, solo están iluminados por una serie de cuatro farolas hasta la carretera que queda junto al puerto. No va a venir. Me dirijo a la carretera, donde dejé la moto con la que vine aquí. Mi mente esta inundada por un profundo sentimiento de tristeza y confusión. ¿Por qué no ha venido…? ¿Me habré equivocado de lugar…? Una voz. Me detengo. Imaginaciones mías. Otra vez. Esta vez se oye más fuerte, más cercana, más nítida. Grita un nombre… Es una voz femenina. Nunca la he oído antes, pero a pesar de eso me es muy familiar. Grita un nombre…mi nombre… Gaby!? Me doy la vuelta. A lo lejos, una figura corre hacia mí. Una chica, joven. Su larga melena, mojada por la lluvia se agita en su espalda a cada paso. Su rostro… ¡¡¡Amy!!!

PUES AQUI ESTAMOS!!!

Pues bueno estreno un blog que hace tiempo que dudo en hacer o no ^^U pero al final me he decidido y a ver que sale xD
Ire actualizandolo cuando tenga tiempo o se me ocurra algo que publicar.

Saludos a todos y gracias por leer por lo menos!
Rayzen

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